La iglesia parroquial de San Miguel destaca
sobre el casco urbano por su esbelta torre de ladrillo con influencias mudéjares.
La torre, en la cabecera de la iglesia, de tres cuerpos, cuyos
dos últimos son ocavado y octogonal respectivamente. El cuerpo inferior,
cuadrado tiene tres fajas de decoración mudéjar de rombos.
Se trata de una iglesia barroca datada en 1604, con tres naves
separadas por anchos pilares que le otorgan sensación de solidez a la vez
que aislan las capillas laterales y los corredores de la vista.
La nave central se cubre con una bóvedad e medio cañon
con lunetos, las laterales con cúpulas vaídas.
La luminosidad y bella decoración de la iglesia, totalmente
pintada, crean un magnífico espacio, de visita obligada.