El pasado 26 de septiembre de 2020 en Huesa del Común tuvo lugar un recital de poesía-concierto, que se encuadra dentro del ciclo o programa “La plaza suena”.
Estos conciertos son promovidos por la Federación de Asociaciones Vecinales y Culturales de la Provincia de Teruel (de la cual la asociación cultural Castillo de Peñaflor es socia), y con el apoyo del Gobierno de Aragón.
El protagonista del recital-concierto era la obra del poeta y dramaturgo Antonio Machado (Sevilla 1875-Coillure, Francia, 1939), cuyos poemas, escogidos de sus diversas etapas, y adaptados para ser cantados por muy diversos autores, fueron interpretados a la guitarra por el cantautor (y profesor jubilado), César Mingueza.
.
El recital-concierto se celebró en el patín del antiguo ayuntamiento de Huesa del Común desde las 18:30 y se llenó el aforo (unas cuarenta personas), dado que durante la pandemia las sillas tenían más separación de la habitual.
César Mingueza, comenzó con dos canciones, a modo de telonero de sí mismo, la primera en homenaje al cantautor aragonés recientemente fallecido Joaquín Carbonell, tocando la famosa “Me gustaría darte el mar”, y en segundo lugar una preciosa canción de Carbonell cuya música le pidió Carbonell a Mingueza, muestra de su cercanía.
Y así comenzó César el recital “Machado en canciones”, el musical de la poesía del gran poeta sevillano, introduciendo sus canciones con el contexto biográfico, humano y evolutivo del poeta, en un lenguaje llano, popular, pero muy didáctica, bien resumida y escogida, fruto muy probable de la carrera de 40 años de César Mingueza como profesor (buen profesor intuimos).
Como nos explicó desde el principio, la música de los poemas era de diferentes cantantes de varias épocas, alguna suya, pero la mayoría de Joan Manuel Serrat, Carlos Cano, Amancio Prada, Hilario Camacho, Paco Ibañez, entre otros.
.
Ilustró con poemas-canciones la primera época de Machado, cuando estudiaba en Madrid en la famosa Institución Libre de Enseñanza, donde estudiaron tantos miembros de lo que luego sería élite intelectual. Las canciones del primer libro “Soledades, galerías y otros poemas” reflejaban la añoranza de la infancia, del tiempo que pasa, obsesión y columna vertebral de muchos poemas, de la falta del amor (se casó tarde para la época…). A Machado le gustaba la poesía de Becquer, del romántico que se hacía entender sin usar el lenguaje más elitista de los poetas modernistas. Y así nos hizo notar Mingueza donde se había reflejado ese estilo de fondo en su poesía y canciones: “Yo voy soñando caminos”, “Tus ojos me recuerdan”...
De Machado nos cuenta que era cristiano bastante crítico con la Iglesia de la época, distanciada a menudo del mensaje de Cristo, o más de lo que debiese, y compuso algún poema sobre Dios, al que ningún otro músico puso música; así que la puso Mingueza, y nos interpretó “Anoche cuando dormía”.
Y canción tras canción llegamos al segundo libro de Machado, el famoso “Tierras de Castilla”, que comparado con el previo, nos ilustraba este llano y sincero profesor cantante, Mingueza, era más filosófico, más basado en experiencias exteriores.
Nos destacó “Retrato”, que quiso dedicar a aquellos que, despistados por el afán de lucro para terminar siendo los más ricos del cementerio. Entre otras canciones de temas más desenfadados, destacó poemas muy llenos de sentimiento, como el que dedicó Machado a su jovencísima esposa Leonor poco antes de morir de tuberculosis a los tres años de su matrimonio. Nos tocó “A un olmo seco”, como metáfora de los árboles que poco a poco parecen morir, pero donde la esperanza renace en primavera cuando hacen brotar una rama verde,… esperanza que no se cumplió con su esposa.
De tema religioso también nos cantó-tocó “La saeta”, una crítica al catolicismo más idólatra que percibía Machado en su Andalucía natal. Mingueza destacó una última época del poeta, que tuvo lugar cuando Machado regresó a Andalucía a trabajar en Baeza, y comprobó la diferencia de vida del campesino castellano (con sus parcelas, aunque fuesen pequeñas, pero propias) al campesino andaluz carente de propiedad privada, dependiente siempre de alquileres, de que contratase sus brazos, desincentivando las iniciativas en la explotación y dependiendo del señorito. Fue la época de los poemas más sociales.
Y para terminar con este precioso recorrido por la vida de Machado, nos ilustró con los poemas más filosóficos de sus “Proverbios y cantares”. Por esa época Machado tuvo un amor, platónico o quizá algo más, reflejado en sus poemas como Guiomar, musa cuya identidad no se desvelaría hasta décadas después. También cantó poemas basados en el folclore que su padre recopilaba, y de aquellos en que reflexionaba sobre la España de su tiempo, despistada entre toros, beatas de sacristía, de folclore y pandereta... El autor sevillano daría mucho más de sí para escribir o contar, pero la duración del concierto es limitada y en hora y media apenas cabía más.
.
César Mingueza, heraldo y moderno trovador de este gran poeta consagrado, difunde, porque es necesario, la vida y obra de Machado. Y nos invitó a leer los poemas de Machado, cuyos derechos de autor se acaban de extinguir, por si eso animaba a los más jóvenes a buscarlos en Internet y leerlos.
El público terminó pidiendo un complaciente bis al cantautor, que interpretó dos canciones frescas y alegres de su repertorio propio. Y así terminó este regalo inesperado, esta gota de poesía y paz tranquila y hermosa en la cotidianidad de nuestras vidas ocupadas o desocupadas, muchas veces preocupadas, sin encontrar ese oasis sereno que tenemos en nuestro propio pueblo.
Estos conciertos y también representaciones teatrales se pueden solicitar por poblaciones de menos de 200 habitantes.
.
[27/9/2020]