Huesa del Común

Noticias de abril

 

 

El grupo VoluntaRíos visita el Aguas Vivas
Su lema: “un río al mes”

Por segundo año consecutivo el veterano grupo VoluntaRios continúa su actividad de charla más excursión bajo este lema. El día 30 de Marzo tuvo lugar la charla en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza, con el título "Un río a recuperar desde Blesa hasta el pantano de Moneva”. Alguno de los participantes en la charla fueron Javier Lozano de Blesa (por la asociación El Hocino) y José Antonio Lahoz de Moneva (por la asociación El Reguero), que hicieron una magnifica exposición sobre la problemática del río desde la presa de Huesa hasta el pantano de Moneva. También lo hizo un experto en las características de diversos ríos aragoneses, Javier del Valle, profesor del Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza y consultor técnico de la C.H.E.

El día 5 de Abril estaba previsto el recorrido del río. Sobre las 10 de la mañana apareció un autobús con unos 60 excursionistas. Nada más bajar su primera vista fue lo más representativo de Huesa: el castillo con los buitres vigilantes y lógicamente las cámaras de fotos empezaron a funcionar. Tras un corto recorrido por algunas calles del pueblo nos dirigimos al puente, y de camino se observaba cierto trajín en algunos huertos del Teruelo donde ya estaban con la siembra de las patatas. Llegados al puente el Aguas Vivas hizo acto de presencia y tocó hacerse la foto de grupo.

Los excursionistas en el puente de Huesa

Nos dispusimos a subir al estrecho de las canales por el lado de la balsa, nos encontramos en primer lugar con el molino de la canal, prácticamente en ruinas, en la parte de arriba todos los chopos cabeceros que rodean la balsa están totalmente secos; unos pocos años sin agua y todos han muerto.

Ascendiendo por el camino vamos observando las diferentes variedades de árboles y arbustos: los olmos han desaparecido, algunos chopos también; en su lugar toman el relevo los fresnos principalmente y alguna azarollera ocasional, seguramente menos exigentes con la presencia del agua.

Al llegar a las canales observamos la magnifica poza del estrecho, cruzamos el río a la altura del barranco de las clochas y almorzamos junto al río para reponer fuerzas. Aquí no tenéis problemas de agua es el comentario general.

Almadeo arriba Almadeo abajo
Para bajar tomamos la margen derecha por el lado del castillo. Malas pasaderas hay para cruzar el río, nada que ver con las de antaño. Unos se descalzan, otros pescan en su intento por alcanzar la orilla; pero como la temperatura es buena no importa demasiado.

Observamos las buitreras, las rutas de escalada y las ferratas. Los chopos cabeceros acompañan al río en casi todo el recorrido, unos caídos otros desgarrados por el viento y el peso de sus ramas, aunque la mayoría todavía siguen en pie.

El tiempo pasa deprisa, era más de la una de la tarde y hubo que aligerar la marcha.

Uno de los árboles monumentales de Aragón: el ciprés de Arizona
Visitamos el centenario Ciprés de Arizona -foto obligada en una excursión promovida por VoluntaRios y miembros de ANSAR-.

Camino de la Vega dejamos el camino y nos internamos el la Garrituerta, donde por sorpresa nos topamos con unos chopos cabeceros recién descabezados, ¡ojalá cunda el ejemplo! Seguimos el río hasta el pilón de San Miguel, el más alto de Aragón, nos comentó Jesús Pariente (el guía del grupo).

Les indiqué la presencia en el lugar de los antiguos lavaderos, con gran sorpresa general por la distancia que hay hasta el pueblo. Allí mismo, tomamos un trago de agua obligatorio en la fuente de la Raja: “Aprovechad que hasta Blesa no hay otra”.
Un peirón monumental: está en Huesa

Bajamos por la huerta de Franchones. Fajas abajo, a pie de río, nos encontramos con un rebaño de ovejas que se esbarraron seguramente al ver a la multitud y cruzaron el río en dirección a Romanor.

Tras un pequeño descanso pasamos por el azud del Morenillo, que riega algunas huertas de Blesa y llegamos a la presa de Huesa. Allí el río Marineta se une al Aguas Vivas. Curiosamente este desaparece durante 20 kilómetros; de ello se encarga el canal construido a finales de los años 60 para evitar que se produjeran filtraciones en el cauce y que lleva el agua hasta el pantano de Moneva. Pero lógicamente hay otras perdidas culturales y medioambientales, un río totalmente seco donde antes hacían parte de la vida los blesinos, animales y plantas. Hoy vemos algunos chopos aguantando estoicamente con un futuro nada alentador.

Según contaron algunos de Moneva, de Blesa hasta su pueblo el aspecto es mucho peor: las orillas apenas tienen vegetación arbórea, en algunas zonas cuentan 40 años sin pasar agua salvo en las avenidas y días aislados, queda algún chopo disperso como símbolo de que aquello fue un río vivo.

Después de comer en la presa descansamos un rato, intercambiamos opiniones sobre el río, la vegetación y la fauna entre otras cosas y nos dirigimos por la pista paralela al canal al Hocino de Blesa, donde vimos un azud (se supone medieval) con una pared vertical de 18 metros encajada en la garganta.

El agua se ha encargado durante siglos de abrirse paso a través de las rocas y modelar este hermoso paraje.
Desde El Hocino nos dirigimos hacia Blesa a través de un sendero por la montaña todo ello perfectamente acondicionado y señalizado, pues aquí comienza "La ruta de las presas históricas del Aguasvivas". También vimos El Hocino desde la parte de abajo en el río. Al lado se encuentra el molino de la Cueva -también de origen medieval- bastante bien conservado.

Llegando a Blesa por la Ruta de las presas históricas
Una vez en Blesa contemplamos la iglesia y algunas casas de personajes ilustres con inscripciones en la fachada.

Marisa nos enseñó amablemente su patio museo, con utensilios utilizados antaño en el campo, casi todos ellos rescatados de la escombrera. Tomamos un refrigerio rápido en el bar y seguidamente Marisa y Pilar (integrantes de la asociación cultural de Blesa) nos enseñaron el molino Bajo, recién restaurado, con una iluminación natural excelente y guardando la esencia de lo que fue en su tiempo.

De Blesa partimos hacia Moneva, porque el tiempo apremiaba. Pasamos por Moneva sin bajar del autobús, y cruzamos el puente sobre el río Aguas Vivas, totalmente seco. José Antonio Lahoz, muy conocedor de su pueblo nos hizo de guía sobre la marcha. No dio tiempo a visitar el pantano, otra vez será.

La última visita, con el tiempo justo, fue a la impresionante presa romana de Almonacid de la Cuba. Aquí el agua vuelve a ser abundante debido a los diversos manantiales que hay por la zona, uno de los más importantes se encuentra en Samper al cual le denominan Albayar.

Presa de Almonacid
La ruta del Aguas Vivas tocaba a su fin. Desde aquí queremos agradecer al grupo Volunta Ríos por preocuparse de la problemática de este y otros ríos, y al grupo tan numeroso de asistentes por el buen día que pasamos (con un tiempo veraniego) y el deseo de todos: “que la próxima ruta podamos hacerla con un Aguas Vivas, como su nombre indica, vivo de principio a fin”.

Ramón Burillo Plou

 

 

 

 

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